Me empapé, mi remera se convirtió en un guante, llegué a la parada del colectivo, me saqué la remera (le pido perdón a mis compañeros de techito) la retorcí toda (la remera) y me la volví a poner.
Me suena el celu que estaba todo mojado y escuché una voz ahogada (claro, por el agua) que supe reconocer como la de suegri, me ofrecieron pasarme a buscar con el auto, acepté la oferta y apagué el celular.
Luego de un montón de minutos (señores periodistas, el concepto de "largos minutos" no existe) empecé a dudar si me habían entendido que aceptaba la oferta...
¿Prendo el celu?
¿Explotará?
¡Nahhhh, qué va a explotar!
Igual mejor no lo prendo.
¿Y, suegri? Dónde mier... ahí estaaaa!!!!
¡¡¡Holis!!! ¡¡¡Gracias por venir a buscarme!!!
Ya en la seguridad del auto le saqué la batería al celu y me dispuse a disfrutar del viaje...
...en lancha, por momentos fuimos a la deriva y empezó a meterse agua por las puertas, aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!! se me mojan las patitas.
En un momento en que el auto hizo pie trepamos a la vereda y vimos como pasaban los autos, o no...
Sobrevivimos, de paso por los de mis suegros, con remera seca, lo dejé secar al celu y por suerte sigue vivo.
En definitiva pasaba para saludarlos y avisarles que llovió, pero mucho...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario