lunes, 30 de julio de 2007

La noche se hizo para descansar. ¿V o F?

La noche llega al fin, impecablemente disfrazada de tranquilidad y con esa espesa obscuridad, pero los verdaderos amantes saben que no es negra la noche y junto al aparente silencio solo son una inmensa pantalla de TV y nadie sabe donde está el control remoto.

Una y otra vez se repiten las imágenes, las frases, y uno quisiera no ser el actor principal de la película, ser un extra o un actor secundario es más fácil, no tenés la presión del protagónico, y en la vida casi nunca hay un “Toma 2” las escenas salen como salen, bien o mal, y “corte, se graba”. ¡Qué bárbaro, -me dirán- por lo menos reconocés que también se graba lo bueno!

Lamentablemente la noche es como un programa de chimentos, y no hace más que repetir las escenas que salieron mal.

La otra noche pasaron la parte en la que la muchacha se olvida de mí en menos de tres días. ¡TRES DIAS! Mientras me invade un instinto asesino hacia el guionista de ese capitulo, toma la palabra el conductor del programa de chimentos:

- Bueno, dicen que Dios hizo el mundo en siete días, así que a mi parecer tres días es un montonazo de tiempo. (RISAS)

Desde ya que fue inútil todo intento de volver a filmar, es que la chica sale con el guionista, y él me comunicó a través de un memorándum que debía abandonar el set de filmación, de lo contrario “no te va a reconocer ni tu vieja”.

Y es por eso que ahora solo me dedico a hacer crucigramas; pero… ¿a qué venía todo esto? ¡Ah, sí! ¡La noche!

La noche es infame, por suerte en unas horas vuelve el día y con su luz podré finalmente encontrar el control remoto y dormir.

viernes, 27 de julio de 2007

Reunión hogareña

En un nuevo acto de intercambio socio cultural se llevó a cabo en el día de ayer un convención de descerebrados en mi casa, para poder disfrutar de esta reunión remitirse a las fotos que se encuentran en: flickr

lunes, 23 de julio de 2007

A puro apuro.

Vivimos siempre apurados, no es que nos falte tiempo, disponemos de nuestro tiempo para que nos sea mas difícil tomarnos un tiempo, en el fondo no encanta decir “tengo que salir rajando, porque no llego” es el engaño de sentirnos activos. Desde pequeños lo hacemos, dejamos la tarea del cole para último minuto, es cierto que no la hacemos en un primer momento porque no nos gusta, pero también es cierto que disfrutamos de esa adrenalina de hacer todo a las apuradas.

Claro que dicho comportamiento tiene sus desventajas, nos colgamos tanto de la palmera que cuando nos damos cuenta de la hora terminamos salando la carne con odex, la pizzería ya cerró y el helado que pedimos hace siete años todavía no llegó.

Luego por esas cosas de la vida uno se enamora. El amor no resiste agendas, el mundo se detiene, y los medios de transporte se vuelven cómplices, uno se queda como bobo viendo a su amada, pero una mirada boba de doctorado, y entre tanto cruce de miradas, el reloj, que se pone celoso, nos lanza una mirada asesina, tenemos diez minutos para cruzar toda la ciudad, pero cuando uno está enamorado el bondi llega cuando uno llega a la esquina, pagás boleto, conseguís asiento e inmediatamente se rompe la máquina, los semáforos se tildan en el verde, y en cada parada en la que seguimos de largo la gente hace la ola, obviamente festejando tu enamorada alegría.

Pero lamentablemente no siempre el amor es eterno, y a veces tan solo hace falta una leve brisa para apagar el fuego más apasionado, en ese momento al mundo se le salta la pausa, el bondi pasa de largo cuando te faltan metros para llegar a la parada, nunca viajas sentado, y sigue subiendo gente de tal manera que deja de ser un medio de transporte y pasa a ser un completo de transporte.

Y volvemos a la vida apurada, disponemos de nuestro tiempo para que nos sea mas difícil tomarnos un tiempo, en el fondo no encanta decir “tengo que salir rajando, porque no llego” es el engaño de sentirnos vivos.